Hermosa:
Se que nunca te he hablado directamente, no he tomado el tiempo de compartir una conversación juntas y quizás ahora que leas mi carta, te sorprenda que te escriba. Se que siempre intentas comunicarte conmigo de alguna forma y claro soy yo, quien nunca tiene tiempo de escucharte. Espero ahora no se gire la tortilla.
Me gustaría que supieras que todas las mañanas al levantarme, doy gracias a Dios por el nuevo día que me brinda, esto solo te lo menciono porque de alguna forma también le agradezco que me haya dado tu eterna compañía aunque se que estarás incrédula por esto que digo.
Compañera! si eso eres, aquella que siempre esta ahí, arriba, abajo, de un a otro lado, ofreciendo cada uno de tus maravillosos atributos, esos atributos que se encuentran a merced de disfrutarlos y bien que disfruto muchos de ellos. Pero pienso, realmente muy en el fondo pienso, si alguna vez fui agradecida contigo… No sé, no logro recordar, ahora que te escribo creo debiera ser la oportunidad de hacerlo.
Pero hacer que? dirigirte unas palabras de agradecimiento, como «Gracias por todo» o «Muchas gracias amiga mia» Ja! que mediocre. No puede sen tan simple, no puede pasar desapercibido el hecho de que en 24 años nunca te haya agradecido, claro a este tiempo le restaría toda mi infancia, porque de niña recuerdo que muchas tardes jugamos, siiiiii lo recuerdo y fue muy divertido, aunque siempre terminaba con un llamado de atención de mi madre «Niñaaa ve a bañarte de inmediato!». Pero no quiero que pienses que con esto me justifico, ni tampoco con el hecho que no he sido la única que te ha ignorado durante mucho tiempo o toda su vida. Ya! al grano, lo que quiero decirte es que de alguna forma me encantaría corresponder a tu atención.
Pero como puedo corresponder?
Que puedo darte yo que se compare a lo que tu me das?
No tengo esos ojos, esa mirada que irradia claridad y que trae vida, uno vigilante del día y otro vigilante de mis sueños.
No tengo ese tacto suave, esa brisa agradable que acaricia hasta el alma, ese soplo de alegría.
Tampoco tengo tus millones de brazos con los que abrazas y acoges, con el que brindas sombra ligera y frutos de esperanza .
Vaya que tampoco tengo ese cuerpo, ese hermoso cuerpo que alguna vez fue perfecto, perfecta creación de Dios mismo y que ahora ya no es igual. Algo así como una madre que ve los sacrificios de tener a sus hijos, de dar vida.
Vivir, yo vivo! si lo hago, mientras tu agonizas, agonizas bajo mis pies y sobre mi cabeza. A pesar de saber tu situación, comprendo que no tengo en mi planes realizar algo realmente importante para ti, para ayudarte a que sobrevivas de mi misma existencia.
Te ofrezco una disculpa, es todo lo que tengo para ti y unos pocos esfuerzos que no se que tanto puedan ayudarte. Una disculpa por todo lo que te sucede y no describiré tu dolor, para que? si tu lo conoces. Me atrevería a decir lo que sientes porque puedo verlo, cuando en un ataque desesperado llegas como una tormenta, mueres por gritar y que te escuchemos hacerlo, un grito de Auxilio al que nadie acudirá. Al final de alguna forma pienso que si he escuchado tus llamados pero se me es mas fácil ignorarlos, fingir que no existes. Una salvación para ti que seria mi exterminio.
Disculpa que no pueda ayudarte, aunque quiero que sepas que te amo, como se que tu me amas con tan profundo sentimiento.
Quien desea amarte pero su existencia no deja, yo! tu hija…
Odalis Hernández
oda y mi mundo natural 